miércoles, 25 de noviembre de 2009

mudanzas

El día no es bueno. De ser así, me hubiese dirigido al conductor del autobús y le hubiese dicho bajito,

El día no es bueno. Por eso me bajo del autobús maldiciendo por bajines.

El día no es bueno. De ser así, no me hubiese molestado la mala cara del personal del inem, hubiese sonreído bajo el lema de: al mal tiempo buena cara. Pero el día no es bueno.

El día no es bueno. De ser así, a la mala cara del camarero la hubiese tratado de ablandar con un gesto, pero el día no es bueno.

El día no es bueno, y la cara de desprecio que utilizó una señora para con sus familiares pobres, hubiese provocado un acercamiento, una sonrisa de compresión hacia ellos, pero no hago nada porque el día no es bueno.

Cuando llego a la conclusión que puedo cambiar el día, estoy en casa mohína y con ganas de llorar.

Podía haber sido un día bueno, pero no he sabido darle la vuelta.

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