domingo, 12 de julio de 2009

Mi yo y yo

Soy una víctima del yo.
Yo opino, yo digo, yo hago, yo me alegro, yo me enfado, yo te dije, yo hice, yo sentí, yo soy feliz, yo soy desgraciado, yo me enajeno contigo, con ella, con aquél.
Ese yo omnipresente que odio tanto como imposible es evadirse de él.
Ya me lo temía cuando decidi vivir en soledad.
Pero siempre ha sido así. No nos engañemos.
En soledad sin embargo se dispara a niveles inusitados.
Hoy precisamente me excusaba con Mirandah. Me oía a mi decir tengo miedo de mi eterno yo.

Estoy intentando escribir una novela para evadirme de este yo tormentoso. Encontrar, crear un personaje que me distraiga del yo aterrador.
Un relato corto- me dice.
Y de pronto sentí que era lo más factible.
Una novela es mucho tiempo, una dedicación que no sé tener.
Buena idea la de mi amiga Mirandah.
Ya había comenzado a escribir. Sin embargo ahora me parecía una obra improbable. Nunca supe ponerme en la piel de otro.
En todo caso sería un novelon impresentable. Incluso siendo un relato corto me costará trabajo y esfuerzo.
Esta noche- me dije- seguirás escribiendo desde esa otra perspectiva: la corta. Mirandah tiene razón.
Se rie claro está de mis intentos de evasión, pero le parece una buena idea.¡ Ella es siempre tan comprensiva!
Creo mucho menos que ella en mi propia capacidad. Y eso que los buitres han dejado de merodear a mi alrededor y parece no más que me voy recuperando de las tinieblas. Las risas empero no han vuelto con toda su fuerza.
Los baches forman parte de cualquiera de nosotros, está claro. Ni el más feliz de los mortales es ajeno a ellos.
Debo asimilarlo sin melodrama. Si no fuese por el maldito yo...
¿Alguién puede decirme como escapar de sus garras?

jueves, 2 de julio de 2009

una noche larga


La noche se unió al día. Me atrapó la reelectura de Kundera "La insoportable levedad del ser"

La sicología de los personajes y la inolvidable invasión rusa, su crueldad me han transportado de nuevo a aquel año 1968. La crueldad de la invasión claro.