jueves, 31 de diciembre de 2009

LOS EXTREMOS

Hasta el clima nos habla de excesos y extremos.

Los gaditanos, castigados por el paro desde siempre, ahora están siendo castigados por el agua que cae sin parar.

Pienso que llueve sobre mojado, y que siempre son los más débiles los azotados por una desgracia u otra.

Ahora, repito, es el agua que sin piedad se ceba con este pueblo alegre y divertido que, es capaz de ponerle a casi todo, una sonrisa.

Supongo que en la vida el azar sólo se limita a un porcentaje. Y que lo que nos dicen que el hombre mueve los hilos a su antojo no es cierto.

Claro que podemos empujar nuestro destino en cierto modo, pero desde luego ser sus dueños es utópico.

Vemos como los poderosos escapan de la justicia y los sin nombre apechugan con los despojos.

La podredumbre de los políticos, los administradores de las grandes empresas, ya hasta en el arte andan enredados los malhechores. O es que aún se merecen otro nombre.

Hemos visto gente defender con calor a granujas y ladrones de las arcas públicas.

¿Donde ha quedado la razón?
Es triste que paguemos justos por pecadores para que encima la imbecilidad de algunos eche sobre nuestros hombros una carga más pesada todavía.

¿Qué tiene que ocurrir para que abran los ojos unos y otros?

Pensemos un poco en todas las criaturas que no tienen nada. Dediquémosle esta noche de fin de año, en medio del tumulto de alegría sólo un minuto de silencio.

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