Cuando la navidad se llamaba unión, amor, cercanía.
Hoy, para quitarnos el mono de consumir y regalar por estar a la altura,
regalamos paquetes llenos de palabras cariñosas. (Ya se sabe, la crisis).
No sé que es más triste. Si el remedio o la enfermedad.
La decadencia de nuestra civilización está omnipresente. No la vemos.
No la vemos. Ni con las mejores gafas. Esas que puedes pagar a plazos en un año.
Qué cara se paga la pérdida de la infancia.
viernes, 4 de diciembre de 2009
miércoles, 25 de noviembre de 2009
mudanzas
El día no es bueno. De ser así, me hubiese dirigido al conductor del autobús y le hubiese dicho bajito,
El día no es bueno. Por eso me bajo del autobús maldiciendo por bajines.
El día no es bueno. De ser así, no me hubiese molestado la mala cara del personal del inem, hubiese sonreído bajo el lema de: al mal tiempo buena cara. Pero el día no es bueno.
El día no es bueno. De ser así, a la mala cara del camarero la hubiese tratado de ablandar con un gesto, pero el día no es bueno.
El día no es bueno, y la cara de desprecio que utilizó una señora para con sus familiares pobres, hubiese provocado un acercamiento, una sonrisa de compresión hacia ellos, pero no hago nada porque el día no es bueno.
Cuando llego a la conclusión que puedo cambiar el día, estoy en casa mohína y con ganas de llorar.
Podía haber sido un día bueno, pero no he sabido darle la vuelta.
El día no es bueno. Por eso me bajo del autobús maldiciendo por bajines.
El día no es bueno. De ser así, no me hubiese molestado la mala cara del personal del inem, hubiese sonreído bajo el lema de: al mal tiempo buena cara. Pero el día no es bueno.
El día no es bueno. De ser así, a la mala cara del camarero la hubiese tratado de ablandar con un gesto, pero el día no es bueno.
El día no es bueno, y la cara de desprecio que utilizó una señora para con sus familiares pobres, hubiese provocado un acercamiento, una sonrisa de compresión hacia ellos, pero no hago nada porque el día no es bueno.
Cuando llego a la conclusión que puedo cambiar el día, estoy en casa mohína y con ganas de llorar.
Podía haber sido un día bueno, pero no he sabido darle la vuelta.
viernes, 6 de noviembre de 2009
Todo seguimos viviendo. Sí, pese a las masacres de hombres y animales,
pese al planeta entero y su destrucción.
No somos buenos aprendices. Queremos ser maestros.
Las tradiciones se preservan sin importarnos si deben ser conservadas o no. Y cómo fastidian algunas de ellas.
Las tradiciones deben evaluarse y adaptarse al cambio de las nociones más nobles. Porque no por más viejas o antiguas son todas válidas.
No. La tradición, amén de vieja debe enseñarnos algo. Y ese algo puede ser algo maravillosamente nuevo.
Si hiciésemos la guerra por tradición, sería de necios. Y es justo lo que hacemos. Guerrear por ser muy necios.
Para mi gusto, hay tradiciones que merecen palos. No aportan otra cosa que oscuridad, ostracismo. Quién quiere una tradición así salvo el ser anclado en esa oscuridad que defiende.
Tradición o modernidad da igual, si se ancla y se convierte en uso, ya sea indebido o no.
Lamento tantas cosas en desuso y tantas de rabiosa actualidad...
¿Cuantas canciones quedan por cantar?
¿ Cuantas flores quedan por regalar?
¿Qué será más importante que éstas últimas cosas por hacer?
pese al planeta entero y su destrucción.
No somos buenos aprendices. Queremos ser maestros.
Las tradiciones se preservan sin importarnos si deben ser conservadas o no. Y cómo fastidian algunas de ellas.
Las tradiciones deben evaluarse y adaptarse al cambio de las nociones más nobles. Porque no por más viejas o antiguas son todas válidas.
No. La tradición, amén de vieja debe enseñarnos algo. Y ese algo puede ser algo maravillosamente nuevo.
Si hiciésemos la guerra por tradición, sería de necios. Y es justo lo que hacemos. Guerrear por ser muy necios.
Para mi gusto, hay tradiciones que merecen palos. No aportan otra cosa que oscuridad, ostracismo. Quién quiere una tradición así salvo el ser anclado en esa oscuridad que defiende.
Tradición o modernidad da igual, si se ancla y se convierte en uso, ya sea indebido o no.
Lamento tantas cosas en desuso y tantas de rabiosa actualidad...
¿Cuantas canciones quedan por cantar?
¿ Cuantas flores quedan por regalar?
¿Qué será más importante que éstas últimas cosas por hacer?
viernes, 30 de octubre de 2009
Los crepúsculos se ruborizan cada tarde más y más.
Los más diversos tonos tiñen el firmamento.
Las estrellas son más diamantinas,
verdes, azules
contra el naranja y el amarillo de un tardío estío.
Cuando la luz del día abandona definitivamente el cielo, este se calza de luto riguroso y baja sobre la tierra.
Estamos todos en el lugar de siempre: en la ventana frente al mar.
Aquí estamos los amigos para todo.
Dicha y dolor nos contagiamos, caminos recorridos o recorriendo. Cada cual el suyo.
Después la reflexión. Intercambiamos vivencias y nos colamos ilusionados en el futuro inmediato, en los sueños que nos gustaría ver cumplidos.
Un día cualquiera de cualquier época y lugar.
Los más diversos tonos tiñen el firmamento.
Las estrellas son más diamantinas,
verdes, azules
contra el naranja y el amarillo de un tardío estío.
Cuando la luz del día abandona definitivamente el cielo, este se calza de luto riguroso y baja sobre la tierra.
Estamos todos en el lugar de siempre: en la ventana frente al mar.
Aquí estamos los amigos para todo.
Dicha y dolor nos contagiamos, caminos recorridos o recorriendo. Cada cual el suyo.
Después la reflexión. Intercambiamos vivencias y nos colamos ilusionados en el futuro inmediato, en los sueños que nos gustaría ver cumplidos.
Un día cualquiera de cualquier época y lugar.
jueves, 29 de octubre de 2009
la sonrisa
Salir vestida y maquillada con una sonrisa es ver el mundo de colores.
Una señora pasea por la calle y se abre el vestido, luce sus senos aún tersos y casi grita: ¡están bellos, están bellos!
Se abalanza sobre unos tomates expuestos en la puerta de una frutería y coge uno. Alza de nuevo la voz. ¡Es comida y muchos no la tienen!
Tres personas mayores sentadas en la terraza de un bar mueven la cabeza con gesto de desaprobación.
Aunque yo le había sonreído a la persona que así actuaba, ella envuelta en su mundo no reparó en mí, en cambio los otros buscaban con su gesto una confirmación. No me quedó más remedio que dar rienda suelta a la carcajada que pugnaba por salir y con la que en modo alguno quería ofender a la ¿loca?; desde luego a los otros no les ofrecí mi voto conspirador.
Es la primera vez en mucho tiempo que bajo al pueblo y me encuentro con alguien que hace lo que le apetece sin miedo ni tabues. Estamos más que acostumbrados al teatro clásico y muy poco o nada a lo innovador, a lo transgresor.
Esta mujer que mostraba sus pechos con alegría y regocijo, convencida en que eran deseables (lo que suscribo) a pesar de su edad y no cumpliría los cincuenta o...¿importa?, me ha llenado el cuerpo y el día de alegría y la boca de risas.
A todas las personas que he ido encontrando les he sonreído y, el mundo por unas horas se ha ornado de luces.
Si estaba loca, bendita su locura. Pobres de aquellos cuerdos que no saben sonreirle a gestos como este.
Gracias compañera anónima. Gracias por regalarme el calor de tus senos desnudos.
Una señora pasea por la calle y se abre el vestido, luce sus senos aún tersos y casi grita: ¡están bellos, están bellos!
Se abalanza sobre unos tomates expuestos en la puerta de una frutería y coge uno. Alza de nuevo la voz. ¡Es comida y muchos no la tienen!
Tres personas mayores sentadas en la terraza de un bar mueven la cabeza con gesto de desaprobación.
Aunque yo le había sonreído a la persona que así actuaba, ella envuelta en su mundo no reparó en mí, en cambio los otros buscaban con su gesto una confirmación. No me quedó más remedio que dar rienda suelta a la carcajada que pugnaba por salir y con la que en modo alguno quería ofender a la ¿loca?; desde luego a los otros no les ofrecí mi voto conspirador.
Es la primera vez en mucho tiempo que bajo al pueblo y me encuentro con alguien que hace lo que le apetece sin miedo ni tabues. Estamos más que acostumbrados al teatro clásico y muy poco o nada a lo innovador, a lo transgresor.
Esta mujer que mostraba sus pechos con alegría y regocijo, convencida en que eran deseables (lo que suscribo) a pesar de su edad y no cumpliría los cincuenta o...¿importa?, me ha llenado el cuerpo y el día de alegría y la boca de risas.
A todas las personas que he ido encontrando les he sonreído y, el mundo por unas horas se ha ornado de luces.
Si estaba loca, bendita su locura. Pobres de aquellos cuerdos que no saben sonreirle a gestos como este.
Gracias compañera anónima. Gracias por regalarme el calor de tus senos desnudos.
viernes, 9 de octubre de 2009
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